Guido de Arezzo: El monje que dio nombre a las notas musicales
El año de nacimiento de Guido no se sabe a ciencia cierta,
pero se dice que entre 991-995. Cursó estudios en la abadía benedictina de
Pomposa. Fue alumno del papa Silvestre II. Radicado en Arezzo en 1025, se
encargó de la enseñanza de los cantores de la catedral. Durante el siglo XI
perfeccionó la escritura musical con la implementación definitiva de líneas
horizontales que fijaron alturas de sonido e inventó además de las notas
musicales, el tetragrama que evolucionara al pentagrama.
Por lo que hemos visto Guido dedicó su vida a innovar en la
música y su enseñanza, esto en el momento le hizo bastante impopular por lo que
fue enviado a la abadía de Pomposa, cerca de Ferrara y de allí al monasterio de
Arezzo, siendo el Grumwaldo abad del monasterio.
La notación musical antes de las aportaciones de Guido era
casi inexistente. Las melodías se transmitían de manera oral, apuntándose apenas
la letra, algunas indicaciones rítmicas y muy rudimentarias indicaciones tonales.
Al igual que su nacimiento tampoco hay información sobre su
muerte. La hipótesis más acertada es en el año 1050 en el monasterio
camaldulense de Avellano que sería aproximadamente a los 55 años.
El prólogo de su antifonario, Aliae Regulae, es la primera descripción teórica del sistema de cuatro líneas, el tetragrama, para el canto llano. En sus líneas se sitúan las notas de la escala y permite su lectura sin tener que aprenderse la melodía. Escribió su tratado Micrologus, donde expone una escala con 21 peldaños, los modos y sus características y las técnicas contrapuntísticas propias del organum de su tiempo.
Las Regulae Rhythmicae, un prólogo adicional, explica el color de las líneas que
actúan como claves: do (amarillo) y fa (rojo). Finalmente después de ensayar varios sistemas
de líneas horizontales se impuso el "pentagrama" del griego: cinco líneas. Guido de Arezzo es también
el responsable de los nombres de las notas. En la Edad Media las notas se
denominaban por medio del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G. Por aquellos días
solía cantarse un himno a San Juan que tenía la particularidad de que cada
frase musical empezaba con una nota superior a la que antecedía. Entonces Guido
tuvo la idea de emplear las primeras sílabas de cada frase para identificar las
notas que con ellas se entonaban. El texto latino de este himno rezaba así:
UT queant laxis
REsonare fibris
MIra gestorum
FAmuli tuorum
SOLve polluti
LAbii reatum
Sancte Joannes
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