Mikis Theodorakis y Electra (1962).
Electra (1962), es una adaptación cinematográfica de la obra del poeta trágico griego, Eurípides; la película fue dirigida y escrita por Mihalis Kakogiannis, protagonizada por la gran actriz Irene Papas.
Mientras Agamenón se baña al regresar de la Guerra de Troya, su esposa Clitemnestra y su amante Egisto lo asesinan (a modo de venganza por el asesinato por parte de Agamenón a una de las hijas de Clitemnestra para un sacrificio a los dioses). Orestes, el hijo de Agamenón, sobrevive gracias a que su mentor lo mandó fuera secretamente, mientras que a Electra la dejaron atrás y la convirtieron una prisionera en el palacio. Más tarde, la obligan a contraer matrimonio "indigno" con un granjero pobre de mediana edad y la echan del palacio, aunque el marido resulta ser buena persona y respetuoso con Electra. Aún así, la protagonista quiere venganza, y cuando Orestes finalmente regresa de su exilio, adulto y acompañado por Pílades, crean un plan para cobrar venganza contra su madre y su amante.
El compositor de la BSO del film fue Mikis Theodorakis, quien a parte de haber sido un gran compositor, también fue un guerrillero antifascista de la Segunda Guerra Mundial y militante comunista en la guerra civil griega. Theodorakis utilizó su música para tomar partido por los más oprimidos y ayudarles a encontrar la paz y la justicia: palestinos, kurdos, chilenos… todos los pueblos bajo dictaduras fascistas y opresoras eligen su música como símbolo de la resistencia, además de que el autor no concebía el arte sin compromiso ideológico. Tras el fin de la dictadura fascista griega en 1974, fue reconocido como "La voz del pueblo" y dio su primer concierto con su canción To Yelasto Pedi, un símbolo de la lucha antifascista.
La intención de Kakogiannis en Electra era trasladar el contenido emocional de los versos poéticos a los movimientos y representaciones de los propios personajes trágicos; lo emocional se expresa visualmente mientras que lo poético y se distribuye en el diálogo. La necesidad de la música en muchas escenas en Electra es tan grande que, en caso de su ausencia, las escenas se habrían eliminado. La música está tan identificada con el drama que se iguala a la acción. Se da como resultado una unidad dramática; la música reflejando el paisaje áspero y seco -lo cual es una parte integral del escenario antiguo- que además sirve como contrapunto a la acción y la emoción. El papel de la música en Electra va mucho más allá de la creación de un fondo o ambiente musical, que es la manera en la que a veces la música en el cine funciona en otras producciones; tiene el papel de expresar lo que no se muestra mediante el diálogo y apoyar a la imagen.
Banda sonora de Electra (1962).
Helena González García.
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