Celia Tomasa Torrá


Celia Tomasa Torrá, la mujer que se hizo escuchar entre hombres. Esta mujer brilló por sus diversos talentos, entre los cuales llegó a destacar por su gran amor y afición al arte musical. Sabía tocar tanto el violín como el piano, y llegó a ser compositora, concertista, docente, directora de orquestas y coros e incluso la primera mujer en usar la batuta en el Teatro Colón. Fue por ello, y por sus innumerables experiencias creativas que Celia llegó desde interpretar meras melodías clásicas para sus padres hasta sentarse y estar a la altura del prestigioso maestro Alberto Williams haciendo así una transición desmesurada desde sus inicios humildes hasta ser considerada una más entre los grandes en tan solo unos pocos años. Su tan ajetreada vida pasó innumerables desafíos hasta llegar a lo que fue. Mientras sembraba elogios de la crítica europea, se escabullía para tocar frente a las víctimas de la Primera Guerra Mundial. Asimismo, durante sus numerosas giras con violín en Francia, Alemania, Suiza, conseguía repartir los frutos de su esfuerzo para conseguir un órgano para la iglesia de su pueblo tocando en un pequeño barco a vapor. Su afán de democratizar la música clásica se mezcló con su labor docente y la creación de coros en fábricas en los cuales también participaban otras mujeres; cosa que mantuvo hasta sus últimos días en los 60'. Asimismo, Celia no sólo priorizaba su propia carrera y méritos sino que también alentaba a otras mujeres a seguir sus pasos y hacerse recordar en su historia, como por ejemplo a la pianista Olga Galperin, a la cual dio el honor de estrenar su propia sonata. Tal y como ella decía, "no importa lo que cueste llegar a la masa; iremos sin temor y sin cansancio, no hay descender, hay que elevarse y en la fuerza del impulso elevar a los demás"; enseñanza la cual mantendré viva pues no sólo busca el triunfo individual sino el colectivo. 

 Alexandra Stoica

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