Crítica "Piano Concerto in A minor, Op.7" de Clara Wieck

Clara Schumann - Wikipedia, la enciclopedia libre 

Hoy analizaremos el Piano Concerto in A minor op.7 compuesto por Clara Wieck. Esta mujer fue una de las grandes concertistas europeas del siglo XIX, y sin duda alguna una de las pianistas más distinguidas de la era romántica.

Entrenada por su padre, fue una niña prodigio que a los 11 años ya hacía giras internacionales para las que compuso piezas de piano originales.

Cuando tenía 13 años, en 1833, comenzó a componer Concierto para piano en la menor, y para finales de ese mismo año ya lo había completado con un único movimiento que ella misma orquestó. Pero no fue hasta septiembre de 1835 que completó esta obra con tres movimientos. Wieck estrenó por primera vez el concierto completo en noviembre de 1835 como solista con la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, dirigida por Mendelssohn.

La interpretación de la que haremos la reseña fue representada en de Victoria Hall en Ginebra, por Alice Burla y la Swiss Youth Symphony Orchestra.

Para empezar, veamos los instrumentos que configuran la orquesta y para los que Clara Wieck compuso esta pieza.

En el primer término tenemos numerosos instrumentos de cuerda colocados del más agudo al más grave. Comenzando por los primeros violines, seguido de las violas, luego los violonchelos, por último los segundos violines y tras ellos los contrabajos. Tras los instrumentos de cuerda se colocan los de viento, primero madera y luego metal. Aquí encontramos: dos flautas, dos clarinetes, dos fagots, dos oboes, dos trompas en la, y dos trompetas en do. Y por último, timbales en la y mi, a parte del piano situado tras el conductor. La instrumentación explicada corresponde a la orquestación habitual típica de la música romántica temprana.

Este concierto compuesto de tres movimientos tiene una duración menor a 20 minutos.

El primer movimiento se trata de un Allegro maestoso en la menor, que comienza con un tema suave por parte de los instrumentos de viento y cuerda que dan la entrada al piano que poco a poco toma protagonismo en la pieza. Los violines y violas pasarán a un segundo plano realizando un suave pizzicato llenando de misterio el tema, hasta desaparecer por unos instantes para dar relevancia a la elegancia del piano. Unos segundos después de manera suave y armoniosa reaparecerán, realzando el dramatismo de la pieza tocada por el piano que aumenta poco a poco

A medida que el Allegro maestoso avanza, lo que empezó como un tema alegre y armonioso, gracias al uso de vibratos y pizzicatos por parte de los instrumentos de cuerda el frenesís y el ritmo acelerado otorgado por el piano no cesa. 

Pero de pronto, el desenfreno del piano se suspende de forma majestuosa para dejar paso a una melodía suave dónde los instrumentos de viento acompañados por mas vibratos y pizzicatos por parte de los de cuerda configuran algo más alegre y relajado.

El primer movimiento fluye hacia el segundo de forma orgánica enlazando un tremolo del piano con una suave melodía del mismo. Un Romanze:Andante non troppo con grazia, en la bemol mayor es interpretado.

Lo que inicia con un solo de piano lento, melancólico, se convierte en un duelo de melodías junto al violonchelo que entra en juego poco después. Un dueto que llena los sentidos, que embruja.

Un ligero redoble de timbales nos desliza hacia el último movimiento, un Finale: Allegro non troppo-Aleggro molto , el más largo de los tres que componen la obra y que baila en un nueve por ocho. Dónde los instrumentos de viento, en especial, el par de trompetas, junto con otros de viento-madera que entran en contrapunto darán lugar al frenesí melódico enfatizado por el piano que también entra en contrapunto. Una última pieza que como su propio nombre indica pasa de un Allegro "no demasiado deprisa" a un Alegro "muy rápido". Dónde sobre todo las técnicas usadas por los instrumentos de cuerda: como el tremolo y vibrato van a llenar lapieza de dinamismo, alegría, ritmo, violencia y energía.

Aunque cada instrumento es esencial para dar la forma final a esta obra, a mi juicio, la presencia del piano, que lleva todo el juego, es decir, conduce el ritmo acelerado del Allegro, y realiza una melodía repetitiva y más relajada en el Romanze es crucial para hacer de este concierto una pieza cargada de expresividad y vida.


Clara Schumann: Piano Concerto in A minor, Op.7 - Alice Burla & SJSO

 


Lucía Fernández Soriano



Comentarios

Entradas populares