Romanticismo y Clasicismo
Por Francisco Manzano
El Clasicismo es el periodo histórico comprendido entre los años 1750 y 1820. Esta época marcará la transición entre la Edad Moderna (Antiguo Régimen) y la Edad Contemporánea (Nuevo Régimen) que llegará de manos de la Revolución Francesa (1789). El Clasicismo nació como respuesta al exceso ornamental del Barroco, buscando volver a los ideales característicos de la antigua Grecia y Roma, regresar a lo equilibrado, sencillo y bello. Grandes son los compositores que pertenecen a esa etapa y sus obras, de renombre, que han sido y aún son reconocidos como actuales.
En este sentido en esta entrada que hoy escribimos queremos hacer valer esa música en el cine actual, temas como «Preludio en mi menor» o «balada nº1 para piano en sol menor» de Fréderic Chopin o «Obertura 1812» de Tchaikovsky, son ejemplos de temas románticos utilizados en el cine actual.
Empecemos
por las películas autobiográficas como podrían ser «Amadeus (1984)», «Farinelli
il castrato (1994)», «Vivaldi un príncipe para Venecia (2006)», entre otras. Las tres obras seleccionadas tienen un gran
número de sus trabajos incluidos en sus bandas sonora originales y repletos de
música claramente reconocida hasta por aquellos que se jactan de no conocer ni
gustar este tipo de música.
Todas
las composiciones musicales de esta época se basan en tres principios básicos,
la proporción, claridad y sencillez. La melodía de las piezas tiene una forma
simétrica, clara y estructurada, lo que la hace más comprensible y memorizable
para el público. Su melodía suele ir acompañada, es decir, una voz o
instrumento principal que acompaña otro con menor protagonismo. Se abandona el
pesado y repetitivo bajo continuo y se fomenta el bajo Alberti. Se crean las Sonatas,
es en este periodo cuando se definen las formas y estructuras en las que se
basa la música culta occidental hasta nuestros días: la sonata, la sinfonía, el
cuarteto y el concierto clásico.
Mientras
el romanticismo la música se utiliza como forma de expresión subjetiva de los
sentimientos, de la fantasía y la imaginación, por tanto, las obras cuentan con
gran libertad formal y originalidad, pues la importancia es el contenido y no
adecuarse a una forma musical concreta anteriormente establecida.
En «V de vendetta (2005)», un filme
distópico ambientado en Inglaterra, en el que la obra de Tchaikovsky cobra gran
relevancia. Curioso que sea un compositor ruso el que siembre la anarquía en Inglaterra,
a golpe de violines que terminan con el creciendo que acompaña las explosiones
de los edificios gubernamentales. También podemos mencionar el tema del Lago de
los cisnes, que aparece en la película «Billy Eliot (2000)», como consigue
conmovernos con esa fusión de danza y música romántica. En «El Cisne negro
(2010)» también podemos disfrutar de la obra de este compositor
La balada nº1 de Chopin es interpretada
por Adrien Brody en «El Pianista (2002)» cuando un oficial de las SS lo invita
a tocarla.

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